Visión Humbolt-Colón sobre las américas
Emprendía Colón su viaje por las américas, maravillado como nunca y asustado por una tripulación infeliz de su capitán, escribía en su camarote de la Santa María las cartas dirigidas a los reyes Católicos. Colón debía jugar una estrategia digna de cualquier otro Almirante, sus palabras serían decisivas, pluma y papel pasaban a ser timón y timonel, estos marcarían el nuevo rumbo de la historia humana. El arrogante Almirante jamás se habría imaginado, el alcance que dichas palabras tuvieron sobre el mundo. Hoy, cinco siglos después de aquel funesto 12 de Octubre, el mundo entero mira con vergüenza lo que resultó ser el más grande holocausto que jamás haya habido. Solo unas pocas sombras quedaron después de aquella masacre, el resto de imágenes nítidas de sus gentes, el sonido de sus músicas y sus lenguas, se borraron para siempre bajo el frío del acero y el calor del plomo.
Tres siglos más tarde, un hombre muy diferente cruzaba el atlántico con una misión completamente legitima, por primera vez en mucho tiempo no se partía hacia América con fines meramente militares. Este, no era otro amigo de asesinos y estadistas. Era un amigo de poetas y de artistas, un científico lleno del más noble espíritu aventurero. Respaldado por algunas de las más grandes figuras de la humanidad como Goethe o Schiller.
Alexander von Humboldt tenía la misión de documentar y clasificar desde el primer ser humano que viese, hasta el último grano de arena del puerto final de su epopeya por el continente americano.
Los testimonios de Colón y von Humboldt dejan entrever las diferencias de perspectiva que el militar y el científico tienen del mundo. Mientras que el genovés tenía que citar la supremacía de Dios y de la Corona Español en cada párrafo que escribiese acompañado de la más lamentable prosa de un jeremías1, el Berlines se inclinaba por el rigor científico aprendido de los nobles del Tegel Schloss.
Aleksander no solo escribía lo que él mismo documentaba, también contrastaba sus diferentes descubrimientos e hipótesis con diversos autores de la época2, rasgo que le dotaba de una gran objetividad.
La documentación de las indias americanas no solo escribió su pasado sino que también le comprometió un futuro. La visión española encabezada por Colón como su primer exponente, condenó a millones de seres humanos al desarraigo, la pobreza, el sufrimiento y la tragedia, no solo durante los años próximos a la conquista sino hasta día de hoy. Por otro lado, la visión Humoldtiana de América dio lugar a las más maravillosas expediciones científicas que el mundo ha conocido jamás, aquellas anécdotas, datos y clasificaciones embrujaron a contemporáneos de Humoldt de la talla de Goethe, y a cientos de poetas y científicos de los siglos venideros.
Quién escribe la historia, escribe el futuro. América necesita dejar atrás para siempre la pobre visión de Colón y apropiarse de la visión Humoldtiana de nuestro continente, tal y como los grandes de Francisco José de Caldas y Muttis supieron hacer.