Guerra Química
Guerra Química:
Corría el año 2018, me encontraba en Weiden in der Oberpfalz recibiendo un curso que creí jamás iba a necesitar, se trataba de la “Instrucción ABC” del ejército alemán. Allí se nos preparaba para combatir una guerra de tipo ABC es decir Nuclear, química o biológica.
Seguido al grito de “ABC ALARM!” debíamos con ojos cerrados ponernos de rodillas, quitarnos los cascos balísticos y fijarnos una máscara de gas tipo ABC, todo esto en menos de 4 segundos. Si se tardaba más tiempo se consideraba como “muerto” al militar, o aún peor, se jugaba con la hipótesis de que sus futuros hijos saldrían con malformaciones producto de las armas utilizadas. Los primeros auxilios y los protocolos de desinfección hacían también parte esencial del curso.
Pasaron tres años desde aquella formación y lastimosamente me vi obligado una vez más a recurrir a aquellos conocimientos que creía de ciencia ficción. En Colombia la Policía Nacional utiliza el “bromuro de Xililo” (gas lacrimógeno) contra la población, se trata de un arma de más de un siglo de antigüedad, utilizada por vez primera en la Guerra Química más grande de la humanidad, la primera guerra mundial.
Con casco, chaleco antibalas y una máscara de rostro completa me he paseado por las calles de las principales ciudades de Colombia durante este paro, cual de nuevo en zona de guerra he tenido que recurrir a este equipo que consideraba ya tan solo un recuerdo.
Inevitablemente he tenido que resguardarme como periodista tras postes, cornisas y paredes protegiéndome de los disparos de la Policía y Militares Colombianos. Tristemente mi entrenamiento militar en Alemania me ha salvado la vida en varías ocasiones desde el 21 de Noviembre de 2019 cuando empezaron las grandes protestas en Colombia y especialmente desde el 28 de abril del presente año hasta ahora. Noches como la del 19 de Mayo en la que se me dispara al rostro con una granada de gas lacrimógeno han sido recurrentes y se encuentran debidamente documentadas. Por si fuera poco las granadas aturdidoras han sido rellenadas con metralla, pequeñas bolas de cristal que salen disparadas como balas hacía los cuerpos de manifestantes, prensa, DDHH, personal médico y personas del común que se encuentran en la zona.
El uso de casco y chaleco antibalas tampoco ha sido en vano, ya en Colombia han sido heridas y muertas más de un centenar de personas por armas de fuego en lo recorrido del paro. En las calles de Colombia se vive una verdadera Guerra, como cualquiera que haya trabajado o manifestado en campo podrá corroborar.