A mi Familia Maldita

19.20.18

Vengo de una familia maldita y me siento profundamente orgulloso, yo mismo he cargado con esa maldición en mis hombros y nunca he renegado de ella.

Me he esforzado por estar del lado de los condenados, como los que me precedieron. La rebeldía fue un espíritu que poseyó ya hace mucho a mi madre y a nuestros ancestros. Caminamos hace generaciones con la compañía de dioses antiguos que ya nadie reconoce ni recuerda. Mi madre y sus padres escupieron sobre las reglas, mi abuela fue una de las primeras mujeres en estudiar en el país y mi abuelo fue poseído hasta el fin de sus días por la filosofía y la poesía. Ambos llevaron a cabo un matrimonio tan maldito que pasó por manos del Papa y del Vaticano para poderse efectuar.

La maldición de mis abuelos cayó sobre mi madre, la poesía la arrastró también a este lado de los marginados en el que tan a gusto nos encontramos.

Soy un hijo bastardo y orgulloso, me alegra profundamente no haber nacido en un matrimonio, me alegra porque soy hijo de la verdad, en mi hogar jamás conocí lo que es la mentira y la hipocresía, verdad pura y cruda. Un hogar maldito que forjó un hombre maldito.

Mis abuelos paternos con una maldición y una tragedia homérica encima cruzaron el océano en repetidas ocasiones, zarparon en busca de Ítaca, que no resultó ser una Isla sino una Pompeya andina a orillas de un gigante magma.

Mi abuelo siguió la muerte maldita por excelencia (y que orgulloso me siento de ser su nieto), así es señores, aquí no hay hipocresía, de nuevo verdad pura y dura, es un honor para mi llevar su sangre.

El hermano de mi padre repetía el dicho Hippie "no confíes en nadie que tenga más de 30 años" y cuál destino heroico y acorde a su pensamiento murió a los 29 años un 24 de diciembre. Un avión con sobrepeso volaba rodeando los volcanes con cimas de hielo que tantas veces subió. El avión se estrelló y murieron todos.

A mi Padre lo poseyó el arte, la vida le arrebató mucho pero le dejó una vida llena de aventuras alrededor del mundo, una vida que grabó en miles de fotos que esperan empolvadas a que sus descendientes algún día las descubran.

A mi, a mi me tocó la mejor parte. Mi abuelo paterno me regaló el culto a Marte dios de la guerra y a la Muerte que siempre me acompaña adonde quiera que vaya. Mi madre me dio la poesía y la música, los mejores maestros para el culto Dionisíaco que tanto me cautiva. Mi Padre me dio las Montañas y a los Volcanes, dioses de Roca y Hielo que me han regalado los mejores momentos de mi vida. Mi abuelo materno me regaló la filosofía y el amor por cultivar la mente. Mi abuela reflejo de su esposo y radiante de propio brillo me regaló las ansías de recorrer el mundo.

Aquel tío fallecido a los 29 años, me regaló el amor a la juventud ¡Y cuánto me alegro de este regalo! A vivir al límite, al filo de la cuchilla, a vivir peligrosamente.

Estoy a miles de Kilómetros de mi familia, pero mi familia vive en mi sangre y en ella llevo la más bella de todas las maldiciones. Estoy condenado y una vez más me alegro y me enorgullezco de aquello. Pues los malditos han sido los únicos que han descubierto los secretos de los dioses.

Esta noche brindo por nosotros los marginados, por nosotros que conocemos la tragedia y el desprecio, por nosotros que no solo les conocemos sino que les buscamos. También brindo por ti buen amigo Juan Waltero, en ti también pienso cuando escribo estas palabras, que orgullo poder haberte conocido y tener tu amistad.

Por los malditos, un fuerte:

¡Salud!

Bruno Sandstede

Bruno Sandstede es un artista visual y periodista colombo-alemán. Su trabajo se ha caracterizado por tener un fuertísimo componente social, sus obras suelen tocar los elementos más sensibles de la condición humana.

La guerra, la pobreza, la luchas de género, la prisión, la vida en la naturaleza han marcado una trayectoria periodístico-artística de más de una década.

Su obra más relevante “El Cadáver viajero” realizada en conjunto con el performer español Abel Azcona ha cobrado gran importancia en el último año, generando una fuerte presión internacional para que se resuelva uno de los casos de falsos positivos más famosos de falsos positivos en Colombia.

Por otro lado obras como “En busca del Equilibrio” busca a través de una universo audiovisual compuesto por la literatura, la fotografía y el documentalismo explicar el delicado balance ser humano-naturaleza mediante los deportes de montaña en los andes Colombianos. Todo desde un punto de vista feminista e indinista alejado de la mirada occidental.

“Un viaje por la Colombia indómita” es una obra de largo aliento que narra una travesía en motocicleta por más de 30.000 kilómetros a través de los 32 departamentos de Colombia, con el objetivo de registrar aquellos recónditos confines del país, poco o nada conocidos pero de grandísima importancia antropológica, cultural y social. Lugares que a menudo se encuentran amenazados por las grandes mafias y grupos armados que esperan saquear las selvas, mares y montañas del país.

“Colombia Arde” tiene lugar en las violentas manifestaciones del 2021 en Colombia, donde centenares de personas perdieron sus vidas, el estado en complicidad con las oficinas de sicariato de las diferentes capitales coordinaron centros de tortura y se dieron a la tarea de torturar, asesinar y desaparecer a todo aquel que le presentase una oposición abierta en las calles al gobierno nacional. Parte de este material sirvió para declarar como “ilegales” las capturas hechas por la policía nacional a jóvenes en diferentes partes del país, además han servido también de evidencia para demandas contra el estado y denuncias internacionales por la violación de los derechos humanos. Sandstede recurre de nuevo en esta obra a la creación de todo un universo audiovisual en el cual el documentalismo, la fotografía y la literatura se fusionan en un solo proyecto artístico de denuncia social y resistencia.

Manizales, la ciudad natal de Sandstede se ha catalogado año tras año como “el mejor vividero de Colombia”, razón que da origen a la pieza “¡Ay Manizales sin alma!”, obra artística que tiene como objetivo luchar por condiciones más dignas para un pequeño barrio de su ciudad, construido con madera y materiales reciclables alrededor de una cañada por la cual bajan las aguas negras de las habitantes más adinerados de Manizales. De nuevo el arte hace frente a la injusticia como factor principal de resistencia en una lucha para que el barrio sea reconocido y puedan acceder a los servicios más básicos como agua potable, alcantarillado, electricidad y gas domiciliario.

“Harijan” es una palabra india sinónimo de Pariah, utilizada comúnmente para designar a los intocables de la sociedad, Colombia también tiene sus intocables, de ellos no se habla, no se les ve a los ojos cuando pasan por la calle y todos los ignoran. Harijan es una obra que reivindica al gremio reciclador, una labor hecha por millones de colombianos y de gran importancia para el buen vivir, pero marginada por el marcado clasismo que permea al colombiano promedio de todas las clases sociales.

Otras obras relevantes del autor:

En el dosel de la ciudad (2022)

Los guardianes de la selva (2022)

Pacífico sin paz (2022)

Colombia Arde (2021)

Harijan (2021)

Sustento (2020)

Jugar en el caribe (2020)

Niñez (2020)

Stadt ohne Seele (2020)

Soberanía alimentaria (2020)

Estrés post traumático (2019)

8m – Madrid (2019)

Ríos de Sangre (2018)

Dictadura (2018)

Eine Reise durch die Anden (2018)

Familia (2017)

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